31/5/15

Frida


"Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a ti mismo a través de mis ojos. Sólo entonces te darías cuenta de lo especial que eres para mi."
Frida Kahlo

29/5/15

De viaje




Me voy de viaje otra vez
Con mi silenciosa
Compañera, la soledad.

Nos quedamos las dos solas
Y no tenemos más nada en común
Que este punto en común.

El extranjero es consuelo y tristeza
Y engaño como todo. Con el tiempo
Parece sueño nomás y soledad.
Mascha Kaléko

27/5/15

Hay dias.....


Hay días contentos, días luminosos que amanecen sin hacer bulla, sin advertirnos nada especial y que luego se despliegan como velas de barco y nos llevan a pasear por horas tranquilas y por esas ocurrencias normales que sin ser motivo de celebración, uno celebra porque sí, porque bueno, estar viva es lindo y qué más se puede pedir que tener conciencia por un instante de ser dueña de un cuerpo que respira y saber que ese hecho en sí y para sí es lo más trascendente que nos sucede a diario”.
Gioconda Belli

Imagen: Edouard Manet

26/5/15

Los libros




"Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera".
Umberto Eco

24/5/15

Tu cuerpo


"Tu cuerpo es el paraíso perdido del que nunca jamás ningún Dios podrá expulsarte".
Gioconda Belli

22/5/15

En el Café


De las dos entradas del café, siempre prefería la más estrecha, la que llamaban la puerta de la sombra. Escogía la misma mesa, al fondo del local, que era pequeño. Al principio, no hablaba con nadie; luego ya conocía a los parroquianos de Le Condè, la mayoría de los cuales tenía nuestra edad, entre los diecinueve y los veinticino años, diría yo. En ocasiones se sentaba en las mesas de ellos, pero, las más de las veces, seguía siendo adicta a su sitio, al fondo del todo.”

En el café de la juventud perdida-Patrick Modiano
Imagen: Ed. Hopper

20/5/15

Eso es añor


Ella me daba la mano y no hacía falta nada más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor

 (Mario Benedetti).

18/5/15

Abandono


"Existe un tipo de personas que huye del cariño y se refugia en el abandono. María era una de ellas. Tal vez por esa razón se negaba a ver a nadie, incluso ahora, en aquella habitación de hospital, que era como una estación de final de trayecto.
Prefería quedarse mirando los ramos de lilas que le enviaba Greta. Las lilas eran sus flores preferidas. Intentaban sobrevivir en el jarrón de agua con ese gesto heroico que tiene todo lo inútil. Cada día languidecían sus pétalos frágiles, pero lo hacían con elegancia discreta, con su color tornasolado.
     A María le gustaba creer que su agonía era también así: discreta, elegante, silenciosa.”

La tristeza del samurái. Víctor del Árbol .

15/5/15

Manifiesto


Una soledad feliz, la soledad de dos mujeres que viven juntas como amigas o amantes, la felicidad de una madre y una hija, compartiendo la cama, hablando la noche entera; la felicidad de dos hermanas cuando se han ido sus maridos, o han muerto; la felicidad del trabajo; de la jardinería, del cuidado de los niños; de las compras; de los paseos; de ocuparse de la casa…
La mayor parte de nuestras vidas transcurre en soledad, o con otras mujeres, y sin embargo se nos pide que iluminemos la parte mucho más pequeña de nuestras vidas que compartimos con los hombres. La vida de una mujer no es oscuridad excepto en eso, y encima nos piden que lo hagamos como si lo fuera y que escribamos del amor, el amor, hasta que nos aburrimos incluso a nosotras mismas.
Eso es lo que de verdad significa ser del segundo sexo. Todos tus placeres y penas se consideran secundarios con respecto a los que se comparten con el otro sexo.
¿Son tan interesantes de verdad los hombres? Para ellos mismos sí. Sin embargo, últimamente encuentro a las mujeres mucho más interesantes. He vivido para los hombres gran parte de mi vida que al darme cuenta de eso me sobresalté. ¿He estado tan limitada por las convenciones que yo, la supuesta rebelde, soy tan convencional como cualquiera de las mujeres de mi tiempo? ¿O me he transformado gracias al sexo porque siempre supe que era el modo fundamental de seducir a la musa? Si soy honrada conmigo misma, debo responder a estas preguntas.

Erica Mann Jong

12/5/15

Ayer y hoy

Tu paso, como una sombra,
era difícil de seguir,
y al perderte en una esquina
sólo quedaba en mí, como en la calle,
un vago sentimiento de vacío.
Tu cimbreo, tu cintura
me estremecían
y el jardín parecía tener más rosas
y el verano calor,
pues en mis labios de niño aún no había
la palabra que define al amor.
La edad nos separaba,
como a dos cuerpos,
no de tamaños distintos,
sino de espacios diferentes.
Y mis manos asiéndote,
mis brazos abarcándote,
no podían asirte,
no podían alcanzar tu cuerpo, tu mirada.
 Homero Aridjis.

10/5/15

Años Luz

“Ella pasó por delante, desnuda, y su piel rozó la suya. Le abrumaba esta imagen de ella, no lograría memorizarla, no le bastaría.”

James Salter: Años luz

Imagen: Ana Razumo

8/5/15

Anverso



No veo tu sonrisa entre mis labios
apurar la prolongada espera
en tu abandono de luciérnaga a la noche;
sólo tengo asida entre mis brazos
la inexpresable lucha
de penetrar en el bosque sin fondo de tu sueño
que empieza en la penumbra.
Sólo el afán de arañar las escamas de la tierra
y volcar la savia del origen
en tu canasto de riveras blandas,
para encontrarte a ti,
en el hueco de tus verdes plantaciones
como un todo revuelto entre mis manos.
Sólo mis párpados abiertos
confundidos en el incendio de absorberte
en tu acuario de humo,
bajo la soledad de unos cerebros desyelmados.
No veo tu presencia desdoblada
ahondarme y contenerme,
sólo mi furia de hombre
en las grietas de ti misma
persiguiéndote sin alcanzarte.
Sólo la noche posada en tus cabellos,
la noche raspándonos los ojos,
la noche uniéndonos y separándonos
como división eterna entre los cuerpos. 

Homero Aridjis.

6/5/15

Te pienso


Te pienso luego de una larga noche,
    luego de sombras y espacios fríos.
    Te pienso luego de abismos simulados,
    luego de silencios largos
    y ojos dormidos.
    Te pienso... y no estás ausente,
    en mi despertar existe tu sombra
    que danza pausada buscando su lecho
    para aunarse en la realidad escondida
    del tiempo sin memoria.
    Te pienso luego de larga ausencia,
    y es como si tu voz
    me llamara a gritos
    a reunirme con tu boca,
    de la que emana un manantial de sal
    perdido entre cielo y rocas.
    Te pienso en mi despertar
    y mi voz te llama... te clama...
    ¡Ay! si el tiempo
    no fuera un cruel tirano
    derrumbando a su paso espacios
    dejándolos vacíos,
    solo si el tiempo nos diera tregua
    para recobrar lo perdido,
    podría recuperar mi acento,
    y tu, patria mía, podrías de nuevo
    tenerme contigo.
Teresa Aburto Uribe

4/5/15

De esta tierra


De esta tierra
Somos el lugar donde nacemos, las piedras que pisamos al crecer. Somos del paisaje que nos acompaña primero, por más que nos movamos luego. Somos la gente que se nos asemeja, por vergonzoso que sea. Tenemos impregnada la identidad de nuestros antepasados, esos que sudaron las tierras que habitamos, quienes resistieron la deshonra de ser conquistados, robados, ultrajados, quienes vivieron con la honra del que recupera la libertad. Somos todos ellos, trabajando por mejorar lo nuestro, por hacer mejor a nuestra descendencia, para que cada vez sean más los que posean tales riquezas.
Somos el sudor de cada obrero, los pasos firmes de cada prócer y de aquellos que les ayudaron a alcanzar la victoria, el llanto de cada huérfano, la espalda de todos los esclavos castigados injustamente, las manos de cada secretaria, la voz de los líderes, los ojos que nos miran por protección. Somos todos espejos enterrados en nuestra tierra, esperando ser descubiertos.
Alexandra Perdomo

Imagen: Odel

3/5/15

Abril


Acabo de terminar  de leer un pequeño libro que es una joyita, la verdad no me ha costado, nada se lee en unas cuantas horas. Se llama Abril De Joseph Roth y asi empieza:

"La noche de abril en la que llegué estaba cargada de nubes y preñada de lluvia. Los contornos plateados de la ciudad, tenues, intrépidos, se alzaban por encima de una niebla desvaída, casi cantando hacia el cielo. Delicada y con finas nervaduras, una torrecilla gótica trepaba por las nubes. La esfera anaranjada del iluminado reloj del ayuntamiento parecía colgar en el aire de un cable invisible. En torno a la estación había un olor, dulce y seco, a hulla, jazmín y fragantes praderas.”

Para unos puede ser una historia de amor o desamor segun se mire, pero de todas formas solo el lector decidira.
Esta narrado en primera persona, donde el personaje llega a una pequeña poblacion y su estancia en aquella  , hasta su partida a Nueva York.
En Abril, el narrador tambien innomominado  nos cuenta la obsesión del protagonista por una joven a la que ni siquiera conoce, pues solo la ha visto en una ventana, y que parece aquejada de una grave enfermedad. Una obsesión de la que es consciente e incluso se reprocha: “Resulta tan ridículo, pensé, que me pasee noche tras noche ante la ventana de una chica que se va a morir y a la que nunca puedo besar.  Una obsesión que pasa por encima de la relación real que mantiene con Anna una mujer con un hijo al que su marido ha abandonado
"Una historia evocativa  , nostalgica y  llena de misterio 
Un libro muy recomendabaale

2/5/15

El Vestido Rojo




De rojo me vestí. Sólo esperaba
el rumor de tus pasos en la acera,
sentada en un sillón, la copa en mano,
astillando burbujas en silencio
sobre mi paladar que hoy añoraba
el sabor agridulce de tu lengua.
Luz difusa filtrando entre rendijas
yo soñaba...qué largo que es el tiempo
de la espera que nunca fue anunciada...!
debajo de mis párpados, un brillo
y la piel anhelando tus caricias;
sentir la rebeldía de mi cuerpo,
la urgencia visceral de mis latidos...
Sonaron las doce campanadas,
el silencio total sobre mi calle,
vacía copa al borde de la mesa.
Una gota salobre por mi rostro
cayendo sobre el rojo que vestía...
triste adiós que nadie habrá escuchado,
roja también, la niebla del olvido.


Yoli Rotemberg