26/2/09

EL niño con pijama a rayas


"Cuando Bruno empezó a acercarse al niño, éste estaba sentado con las piernas cruzadas y la cabeza gacha. Sin embargo, al cabo de un momento levantó la cabeza y pudo verle la cara. Tenía un rostro muy extraño. Su piel era casi gris, de una palidez que no se parecía a ninguna que Bruno hubiera visto hasta entonces. Tenía ojos muy grandes, de color caramelo y un blanco muy blanco. Cuando el niño lo miró, lo único que vio Bruno fueron unos ojos enormes y tristes que le devolvían la mirada.Bruno estaba seguro de que jamás había visto a un niño más flaco ni más triste en su vida, pero decidió que lo mejor era hablar con él."
John Boyne

13/2/09

Carta de una desconocida


Solo quiero hablar contigo,decirtelo todo por primera vez.Tendras que conocer toda mi vida,que siempre fue la tuya ahunque nunca lo supistes.Pero solo tu conoceras mi secreto,cuando este muerta y ya no tengas que darme ninguna respuesta;cuando esto que ahora me sacude con escalofrio sea de verdad el final.En el caso de que siguiera viviendo,romperia esta carta y continuaria en silencio,igual que siempre.Si sostienes esta carta en tus manos,sabras que una muerta te esta explicando aqui su vida, que fue siempre la tuya desde la primera hasta la ultima hora

Stefan Zweig

10/2/09

Las trampas del tiempo


SENTADA DE cuclillas en la cama, ella lo miró largamente, le recorrió el cuerpo desnudo de la cabeza a los pies, como estudiándole las pecas y los poros, y dijo:
-Lo único que te cambiaría es el domicilio.
Y desde entonces vivieron juntos, fueron juntos, y se divertían peleando por el diario a la hora del desayuno, y cocinaban inventando y dormían anudados.
Ahora este hombre, mutilado de ella, quisiera recordarla como era. Como era cualquiera de las que ella era, cada una con su propia gracia y poderío, porque esa mujer tenía la asombrosa costumbre de nacer con frecuencia.
Pero no. La memoria se niega. La memoria no quiere devolverle nada más que ese cuerpo helado donde ella no estaba, ese cuerpo vacío de las muchas mujeres que fue.
Las trampas del tiempo
Eduardo Galeano

9/2/09

Mendel el de los libros-Stefan Zweig


“¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?”.


Viena, a principios del siglo XX. El imperio austrohúngaro se encamina a su inevitable fin, pero aun no está muerto y posee todavía la capacidad de dar unos últimos coletazos; la ciudad del Danubio se resiste a una decadencia que lleva inscrita en su propia existencia y reluce aun con la gloria y el esplendor de la cultura. Es en ese entorno donde conocemos a Jacob Mendel, un librero, permanentemente instalado en su mesa del café Gluck, insólito personaje que sorprende a propios y extraños con su enciclopédico conocimiento del mundo de los libros y su total aislamiento del mundo real. Indiferente a cualquier motivo de distracción, es capaz incluso de ignorar una guerra que cambiaría la concepción del mundo; acusado por mantener correspondencia con “potencias enemigas” –cuando lo que hacía era escribirse con sus corresponsales-, es desterrado de su mesa del café y encerrado en la cárcel, confirmando las autoridades competentes aquel extremo de que, en la guerra, el peor enemigo es el traidor; o el sospechoso. Es un destierro momentáneo, pero de una importancia tal que acaba afectando a un equilibrio que no se suponía tan frágil. Aclarado el caso, regresa a su mesa del café, pero no lo hace indemne: ha sido derrotado por esa vida de la que él mismo se había excluido, y ya nada es lo mismo porque “Mendel ya no era Mendel, como el mundo ya no era el mundo”.
"Mendel el de los libros es un librito delicioso, escrito con el mimo y la elegancia que caracterizan los retratos vieneses de Zweig."
Es un breve relato de rápida y apasionada lectura recomendable para cualquier persona que sienta aprecio por el género humano. Altamente recomendable

7/2/09

De Alejandra Pizazrnik


Querido amigo Antonio Porchia:


¿Cómo hablar de lo indecible? Sólo por medio de las Voces. Sólo ellas han logrado hacer pleno este lenguaje, sólo ellas han sabido llenar de sangre las palabras y transformarlas en la Palabra, la única valedéra. Si no meditara mi gran afecto por usted tal vez no le enviaría estas lineas. Una cosa es hablar de las Voces a un público anónimo y otra a su autor. No es posible -por lo menos en mi caso- explicarlas o comentarlas; solo puedo decirle que mientras las leía, ellas -que contienen todas las respuestas- sucitaron en mí un eco silencioso que asentía dulcemente. Un eco como proveniente de tiempos inmemoriales, como si se refiriera a nuestros orígenes, a lo más hondo de la vida. Me secedió uno de esos procesos reminiscentes que sólo púeden llevar a los grandes y buenos encuentros. Y es a usted a quien se lo debo. Sus voces son de lo más puro y hermoso que se encuentra en el mundo. Y es usted quien las creó. Gracias.
Suya
Alejandra Pizarnik

2/2/09

Tiempo


"Cada mañana, mientras se observaba y descubría en su geografía de arrugas un nuevo río, Soledad sentía que su alma no tenía tiempo. Ahora podía entender lo que de joven no entendía: que sólo se envejece en los espejos, que el espíritu es libre de volar alto por encima de la vida; que el verdadero amor no tiene ni edad ni muerte."

Angel Becerra

1/2/09

Un soplo...

Foto: Brassai
Entre la fe y la indredulidad,un soplo
entre la certeza y la duda,un soplo
entrer la alegria y la pena, un soplo
Alegrate de este soplo presente donde vives,
pues la vida misma esta en el soplo que pasa
Omar Khayyan