21/12/08

Corazon Helado


Menos mal que no lo estás viendo, Ignacio Fernández Muñoz pensaba en su padre, hundido, las mejillas consumidas, la barba descuidada, los ojos muertos, negándose a comer, bebiendo agua a sorbos muy pequeños, la última noche que cenaron juntos, cuando le dijo que le daba vergüenza irse. Menos mal que te fuiste, papá, Ignacio no podía pensar en otra cosa, menos mal que no estás viendo esto, que no lo oyes, que no lo sientes, que no lo sabes, el verdadero desastre, la verdadera derrota, la verdadera y última e insoportable vergüenza, menos mal que te fuiste, papá... Y todavía faltaba lo peor. De lo peor no se enteraron hasta el día siguiente". [...]"Ignacio gritaba con los labios cerrados, cerrados los ojos y los oídos al clamor de una multitud de silencios idénticos.

Mi familia paró al fascismo. Lo que no pudo Roma, lo que no pudo Berlín, lo pudimos nosotros, los Fernández Muñoz. Nosotros paramos al fascismo en el frente de Usera, en la Moncloa, en la Universitaria y en el comedor de nuestra casa, «La cocinera leal», mayonesa sin huevo, bechamel sin harina, carne sin carne y aquellos consejos que mamá leía en El Socialista, hay que comer muy despacio, masticar mucho cada bocado, así se engaña al estómago, hacedme caso... En otras ciudades no hacía falta engañar al estómago. En otras ciudades había comida, él la había visto, fruta, y lechugas, y bollos. En los mercados de Valencia había bollos, y en el frente de Aragón, una liga de fútbol, eso contaban, que los soldados jugaban al fútbol porque se aburrían. Es aburrido estar en una guerra y no luchar, él lo sabía, pero en Madrid hasta el aburrimiento era distinto, tenso, sombrío, peligroso. Al novio de mi hermana lo mataron por aburrirse, porque no podía divertirse jugando al fútbol. Nuestras mujeres se aburrían en la cola de la leche, en la cola del pan, en la del carbón, pero aquí eso no era más que otra manera de luchar, porque había que luchar y se luchaba, sin parar, sin cansarse, sin quejarse, y todo para esto... Menos mal que no lo estás viendo, papá, menos mal que no lo estás viendo, mamá, porque no os lo merecéis, no nos lo merecemos, Madrid no se merece un final como éste, tan sucio, tan feo, tan triste y tan indigno, y sin embargo, mejor estar aquí que ahí fuera.

Almudena Grande

14/12/08

Amok


El destierro a la soledad de Madame de Prie en tiempos de Luis XV, el deambular de un coronel de las tropas de Napoleón por tierra enemiga entre los martirizados cuerpos de sus subordinados, o el amor obsesivo y sumiso más allá de la muerte de un médico europeo en la India colonial son algunos de los argumentos de este sugestivo libro de relatos de Stefan Zweig. La lucha de los hombres por sus pasiones, la tragedia de los destinos arrollados por la fortuna y el dolor como influjo de supervivencia se inscriben al rojo vivo en cada una de estas sobrias y conmovedoras narraciones de uno de los escritores más apreciados por el público de nuestro tiempo.


Todos estos relatos tienen en comun la muerte ,la amargura,la fatalidad, el dolor, la soledad .Narraciones que estan cargadas de melancolía y tristeza .
Un libro muy recomendable ,os gustara

29/11/08

Memorias



Caía la lluvia, el viento zarandeaba los árboles deshojados, y de tiempos pasados viene una imagen, la de un hombre alto y delgado, viejo, ahora que está más cerca, por un camino inundado. Trae un callado al hombro, un gabán embarrado y antiguo, y por él se deslizan todas las aguas del cielo. Delante vienen los cerdos, con la cabeza baja, rozando el suelo con el hocico. El hombre que así se aproxima, difuso entre las cuerdas de lluvia, es mi abuelo. Viene cansado, el viejo. Arrastra consigo setenta años de vida difícil, de privaciones, de ignorancia. Y no obstante es un hombre sabio, callado, que sólo abre la boca para decir lo indispensable. Habla tan poco que todos nos callamos para oírlo cuando en el rostro se le enciende algo así como una luz de aviso. Tiene una manera extraña de mirar a lo lejos, incluso siendo ese lejos la pared de enfrente. Su cara parece haber sido tallada con una azuela, fija aunque expresiva, y los ojos pequeños y agudos, brillan de vez en cuando como si algo que estuviera pensando hubiera sido definitivamente comprendido. Es un hombre como tantos otros en esta tierra, en este mundo, tal vez un Einstein aplastado bajo una montaña de imposibles, un filósofo, un gran escritor analfabeto. Algo que no podrá ser nunca.
(...) Pero la imagen que no me abandona en esta hora de melancolía es la del viejo que avanza bajo la lluvia, obstinado, silencioso, como quien cumple un destino que no podrá modificar.

José Saramago

25/11/08

El Primer Beso


La bese y ella volvio a cerrar enseguida sus manos sobre mi,para tenerme muy cerca
Sin llgar a estrechame entre sus brazos,me atrajo hacia ella con una dulzura sobre inigualable a la de su boca sobr la mia.Sus labios mas suaves que l alluvia alcaer sobre su scabellos y,en su boca,el sabor del nectar y de la ambrosia.
El primer beso fue muy afable,ligero y firme al mismo tiempo,tierno y dulce preo,en todo momento,plenamente gratificante,excitante y casto,Nos abrazamos con las bocas muy proximas y, ahunque yo no sabi amuay bien que hacer,aquello era algo muy agradable.

El segundo beso fue muy diferente.Mi lengua recorrio sus labios,que se abrieron.Ella se colgo de mi,mientras que una irrefrenable fogosidad relegaba la cuestion virginal aun segundo plano.Introduje despues mi lengua hasta los lugares mas reconditos de su boca,saboreando la irresistible dulzura de aquella chiquilla,manteniendola contra mi,sisntiendo mi propio pecho sus suaves y calidos senos.
Al finalizar el beso,ella se relajo.Entonces, tome su bello rostro entre mis manos para besar su cara por todas partes,en lo sparpados,en las smejillas,en sus pequeñas orejas y sobre su diminuta nariz.Ella ronroneaba como si fuera un gato grande acosado sobre una alfombra mullida delante de un buen fuego.
La bese en la agarganta,en el pelo,en la nuca.Podia percibir como crecia en ella el deseo,al que el mio queria crecientemente corresponder.Ella tenia la piel suave,satinada,y sus caabellos oliaan a heno recien cortado.

Lawence Block

23/11/08

James Joyce a Nora Barnacle


2 de diciembre de 190944

Fontenoy Street,


Dublín Querida mía, quizás debo comenzar pidiéndote perdón por la increíble carta que te escribí anoche. Mientras la escribía tu carta reposaba junto a mí, y mis ojos estaban fijos, como aún ahora lo están, en cierta palabra escrita en ella. Hay algo de obsceno y lascivo en el aspecto mismo de las cartas. También su sonido es como el acto mismo, breve, brutal, irresistible y diabólico.
Querida, no te ofendas por lo que escribo. Me agradeces el hermoso nombre que te di. ¡Si, querida, "mi hermosa flor silvestre de los setos" es un lindo nombre! ¡Mi flor azul oscuro, empapada por la lluvia! Como ves, tengo todavía algo de poeta. También te regalaré un hermoso libro: es el regalo del poeta para la mujer que ama. Pero, a su lado y dentro de este amor espiritual que siento por ti, hay también una bestia salvaje que explora cada parte secreta y vergonzosa de él, cada uno de sus actos y olores. Mi amor por ti me permite rogar al espíritu de la belleza eterna y a la ternura que se refleja en tus ojos o derribarte debajo de mí, sobre tus suaves senos, y tomarte por atrás, como un cerdo que monta a una puerca, glorificado en la sincera peste que asciende de tu trasero, glorificado en la descubierta vergüenza de tu vestido vuelto hacia arriba y en tus bragas blancas de muchacha y en la confusión de tus mejillas sonrosadas y tu cabello revuelto. Esto me permite estallar en lágrimas de piedad y amor por ti a causa del sonido de algún acorde o cadencia musical o acostarme con la cabeza en los pies, rabo con rabo, sintiendo tus dedos acariciar y cosquillear mis testículos o sentirte frotar tu trasero contra mí y tus labios ardientes chupar mi pija mientras mi cabeza se abre paso entre tus rollizos muslos y mis manos atraen la acojinada curva de tus nalgas y mi lengua lame vorazmente tu sexo rojo y espeso. He pensado en ti casi hasta el desfallecimiento al oír mi voz cantando o murmurando para tu alma la tristeza, la pasión y el misterio de la vida y al mismo tiempo he pensado en ti haciéndome gestos sucios con los labios y con la lengua, provocándome con ruidos y caricias obscenas y haciendo delante de mí el más sucio y vergonzoso acto del cuerpo. ¿Te acuerdas del día en que te alzaste la ropa y me dejaste acostarme debajo de ti para ver cómo lo hacías? Después quedaste avergonzada hasta para mirarme a los ojos.
¡Eres mía, querida, eres mía! Te amo. Todo lo que escribí arriba es sólo un momento o dos de brutal locura! La última gota de semen ha sido inyectada con dificultad en tu sexo antes que todo termine y mi verdadero amor hacia ti, el amor de mis versos, el amor de mis ojos, por tus extrañamente tentadores ojos llega soplando sobre mi alma como un viento de aromas. Mi pija está todavía tiesa, caliente y estremecida tras la última, brutal embestida que te ha dado cuando se oye levantarse un himno tenue, de piadoso y tierno culto en tu honor, desde los oscuros claustros de mi corazón.
Nora, mi fiel querida, mi pícara colegiala de ojos dulces, sé mi puta, mi amante, todo lo que quieras (¡mi pequeña pajera amante! ¡mi putita folladora!) eres siempre mi hermosa flor silvestre de los setos, mi flor azul oscuro empapada por la lluvia.


JIM

20/11/08

Dolor infantil



Mi madre gimio Mi padre lloro
En el peligroso mundo irrumpi
Indefenso,desnudo, llorando


Tras debatirme en las manos de mi padre,
y rebelarme contra mis pañales,
ceñido y agotado,lo pense mejor
y me hundi en el pecho de mi madre

Willian Blake

3/11/08

Miradas Ajenas




Le molestaban las miradas de los hombre que se detenian un momento para buscar su sexo.Apenas se insinuaba,debido a la posicion de las piernas,pero bien sabia que ella definia su condicion femenina y justificaba sus curvas,sus brazos torneados,su dorada cabellera.Tampoco le gustaba exibir los senos apena delineados ahunque armoniosos,y sin embargo los mirones posaban la vista en ellos y,si venian en grupo,se alejaban entre risas y espresiones indecentes.Los hombres ,solo en cambio, se iban con la cabeza gacha,como hablando consigo mismo.Por fotrtuna no podian verla de espaldas;ella, en cambio,miraba con simpatia el desfile de las mujeres jovenes,que nunca devolvian su interes. Ansiaba vestirse con ropas que al cubrirlas desviara la atencion ajena,pero sabia que debia esperar
Le habia escuchado decir al decorador."Apenas pueda ocuparme de ese maniqui terminare el escaparate."


David Lagmanovich

28/10/08

453 Cartas de Amor




En el último cajón de mi cómoda, al fondo, encerradas con llave, hay cuatrocientas cincuenta y tres cartas de mujer. Son cartas de amor, dirigidas a mí, todas de la misma mujer, de una mujer a la que ya no amo desde hace mucho tiempo, a la que no he visto más, que no sé donde está. Son cuatrocientas cincuenta y tres cartas de amor; son todo lo que queda de un gran amor.Ese cajón lleno de cartas me turba. Yo no soy un sentimental. Soy muy frío: más observador que apasionado. De esas cartas, cenizas de un fuego, he hecho un estudio. Todo puede ser objeto científico.

Quiero librarme de ellas de esta manera. Si las destruyera permanecerían allí como un vano lamento de mi corazón vacío. Ante todo he empezado numerándolas una a una. Son cuatrocientos cincuenta y tres, ni una más, ni una menos, de eso estoy seguro. Las he puesto por orden cronológico: van de 1903 a 1906. Las he atado en paquetes, mes por mes: enero 1903, cuatro; febrero 1903, diez; marzo 1903, treinta y dos, y así sucesivamente. Crecen, crecen; a medida que pasan los meses, los paquetes son cada vez mayores. El máximo es el del mes de junio de 1904: cincuenta y siete cartas. Pero con 1905 los paquetes adelgazan y llegamos al mes de octubre de 1906: una sola, la última, ¡si Dios quiere!Las he pesado también (porque las cartas más espirituales y líricas tienen, según los empleados de correos, su peso), las he pesado cuidadosamente unas cuantas a la vez; son en total 6740 gramos; más de seis kilos y medio, casi siete kilos. Es un peso discreto para un amor, y si tuviera que llevarlo en un saco todo junto, no haría mucho bulto.He contado, también, una a una, las páginas.
El número de las páginas es espantoso: las mujeres escriben con una facilidad de la que no tenemos idea. Para ellas, las palabras, tanto habladas como escritas, no son monedas sagradas, sino céntimos que se pueden gastar a todas horas con la más byroniana prodigalidad. Es verdad que esta mujer tenía una escritura muy grande y dejaba mucho espacio entre líneas, pero, a pesar de todo, no puedo convencerme que en sólo cuatrocientos cincuenta y tres cartas haya podido escribir tres mil doscientas noventa páginas. Ninguna carta tiene menos de cuatro páginas y hay bastantes de ocho, de diez , de doce, e incluso de dieciséis. Las cuentas salen, pero el asombro sigue siendo grande igualmente. Pienso que si hubiera tenido que escribir todas esas páginas seguidas -esas tres mil doscientas noventa páginas-, aunque hubiera podido escribir diez por hora, habría invertido trescientas veintidós horas, es decir, trece días y trece noches seguidas, sin descansar nunca. Creo que su amor, aunque es grandísimo, no hubiese resistido semejante prueba.No he tenido la paciencia, ni el tiempo, de contar las palabras y sílabas, pero mis investigaciones no se han detenido aquí. He observado, por ejemplo, con cierto interés, que los tipos de papel y de los sobres son cuatro. Algunas cartas están en papel hecho a mano, gordo y pesado, de color amarillo marfil viejo; otras, en papel pergamino, con sobres largos y bajos; otras, en feísimo papel comercial blanco, pobre y filamentoso. Pero la mayoría está en un papel ligero, a la inglesa, encerradas en aquellos sobres azul oscuro impresos por dentro con trazos grises y negros para que no se puedan leer las palabras desde afuera.Tampoco he olvidado el lado cómico de mi epistolario. Todo ese papel ha sido fabricado, vendido al por mayor y luego revendido al detalle. Según mis cálculos, que creo bastante exactos, porque también yo he probado varios tipos de papel de cartas, considero que el costo total del papel asciende a unas diecinueve liras y algunos céntimos. No es una suma despreciable para quién no sea muy rico. Con diecinueve liras se pueden hacer muchas cosas, sin comprar papel de cartas. Entran, por lo menos, cinco novelas francesas de tres cincuenta cada una.Pero el gasto de papel es lo de menos. Cada una de estas cartas tiene un sello.
De estas cuatrocientas cincuenta y tres cartas, hay ciento doce que vienen de ciudades lejanas y trescientas cuarenta y una que vienen de la misma ciudad donde vivo yo. Se trata, pues, de ciento doce sellos de quince céntimos, que equivalen a dieciséis liras con ochenta céntimos, y de trescientos cuarenta y un sellos de un céntimo, que importan diecisiete liras con cinco céntimos. Sumándolo todo, papel y sellos, se ve que el gasto obtenido por aquella pobre mujer enamorada es de unas cincuenta y dos liras. Pero ¿dónde dejamos la tinta? Para escribir tres mil doscientas noventa páginas se necesitan, por lo menos, cuatro botellas de tinta. Pongamos que cada botella valga solamente sesenta céntimos, y el gasto total asciende a casi cincuenta y cinco liras. Yo creo, en efecto, que el gasto vivo, en dinero, de este amor ha sido, para mi corresponsal, un poco superior a las cincuenta y cinco liras, y juraría que no puede haber llegado a sesenta. Su valor actual es indudablemente bastante menos, casi nulo. El papel escrito no es muy buscado y hay quien lo paga apenas a dos céntimos el kilo. De todo el episodio yo no sacaría más de sesenta y cinco céntimos como máximo. Está claro que no vale la pena desprenderse de un recuerdo tan poético por tan poco.Sin embargo, hay algo más -tanto para un historiador como para un poeta- en estas cartas de lo que había cuando eran simples cajas de papeles en la tienda del papelero. Hay todas las palabras escritas, hay toda la pasión de tres años, hay una cantidad enorme de imágenes, de adjetivos y de besos: hay, en suma, para abreviar, un poco de la vida profunda de un hombre y de una mujer. ¡Y todo eso ya no vale nada!Siento que soy inmensamente idiota con todos estos cálculos y esas reflexiones.
Yo estoy hecho así. No soy un sentimental. Soy un observador de las cosas. Cuando veo un muerto, pienso en cuánto habrán gastado los parientes en todas aquellas medicinas que no lo han podido salvar, y cuando una madre llora, busco adivinar cuantos decilitros de lágrimas verterá en una jornada, comprendida la noche. ¿Qué quieren? Yo estoy hecho así: no soy un sentimental.Y estas cuatrocientas cincuenta y tres cartas de amor, encerradas con llave en el último cajón de mi cómoda, me fastidian un poco. No quisiera tenerlas y no quisiera quemarlas. Y he hecho todo lo que he podido para sacármelas del alma. Lo he contado y calculado todo y, sin embargo, hay algo en el fondo de mi corazón que muge y gime y no está satisfecho. Pero no hago caso. Yo no soy un sentimental.
(Giovanni Papini)

26/10/08

Ventana sobre el adios


No podia dormir :El habia guardado todos lo sueños juntos,en una bolsa de supermercado, y la bolsa se habia abierto y los sueños se habian escapado, y el ya no podia dormir por que no tenia nigun sueño que soñar.
Eso decia,. Tambien decia que habia perdido dos dias,un lunes y un martes,y el los buscabaa,desesperado,y esos dias no estaban en ningun lugar.
No fue breve la agonia. Cada vez tenia nemos aire.Al final,crucificado por las sondas,solo conseguia balbucear:
_Que repecho tan largo.
Poca cosa mas habia tenido.Fernando Rodriguez poca cosa quiso tener. Fue dueño de nada,hombre desnsudo; y desnsudo anduvo,perseguido por los niños y los locos y los pajaros.

Eduardo Galeano

19/10/08

La noche negra del alma

Alameda con copos de nieve
Munch


¿Entiende?
La vida es desesperacion pura
muy limpida,muy oscura,
muy cristlina...Solo hay un camino
que conduce a traves de la nieve
y el hielo de la desesperacion,
hay que tomarlo por encima del
adulteriro de la razon.


Dos mujeres sin rostro avanzan. A su alrededor,la naturaleza helada,inquietante:masas oscuras de arboles,escasos copos de nieve,el cielo y el suelo sordamente iluminados por una luz invernal;y sobre todo,la blancura irreal del camino cubierto de nieve que brilla con un resplandor grisaceo.Las dos mujeres,espectros anonimos,siguen su camino y se disponen a abandonar el cuadro.
Chisptophe Andre

14/10/08

Todo eso que tanto nos gusta





A pesar de que no sabe habitar en su propia vida, Tomás, arquitecto arruinado y divorciado tras toda una vida de convivencia con Cristina, tiene el talento de crear maravillosos y cálidos espacios para los demás, y una habilidad innata para encontrar lugares mágicos y acogedores, en especial para las mujeres. Decide escapar de una decadente vida en Barcelona e instalarse en un pueblo del Empordà.



Su hijo, también en proceso de separación sale en su busca y aunque la primera intención es convencerlo para que vuelva a su rutina, acaban los dos viviendo en la fonda que regenta una anarquista malhumorada. Es el comienzo de una nueva vida que empieza por inventarse un yo nuevo y más radiante, y el aprendizaje de que quizás el único secreto para alcanzar la felicidad es dejar atrás lo que no pudo ser, llegar a ser quienes somos... y un baile hasta el anochecer.


Padre e hijo comprenderán que vivir puede ser apasionante si se sabe mirar a los demás, hacerse cómplice de ellos. Si se sabe no tener miedo al ridículo, al miedo mismo. Y que es, al fin y al cabo, la única oportunidad que tenemos de dar un pequeño paseo por el paraíso.


Una historia de encuentros y soledades y de personas que se ayudan unas a otras.Un homenaje a la vida vivida con compromiso, emoción, riesgo e intensidad. Si quereis saber mas del libro aqui os dejo este enlace






1/10/08

Tren nocturno a Lisboa


«Tren nocturno a Lisboa» narra la historia de un maestro de latín, Raimond Gregorius, cuya vida va a ser trastornada por dos encuentros: el primero con una mujer en Berna, el segundo con un libro del poeta portugués Amadeu de Prado.
Raimund Gregorius es un profesor de lenguas clásicas en un instituto de enseñanza secundaria de Berna. Usa gafas anticuadas, es un hombre culto en otras materias además de la que imparte y en una ocasión estuvo desastrosamente casado con una antigua discípula. Un buen día, de repente, sale de su clase y toma un tren rumbo a Lisboa. En su equipaje hay un tomo de reflexiones filosóficas escritas por un médico portugués. Fascinado por el libro, Gregorius decide averiguar todo lo relacionado con el autor, un tal Amadeu Prado.


La búsqueda del escritor le lleva a conocer a personajes inolvidables que conocieron a Amadeu de Prado y a conocerse también a si mismo.


Gregorius es la antitesis de Amadeus que es un hombre de accion .El libro trata de la huida de un hombre que huye del pasado para encontrarse y descubrir el pasado de otro ,un libro que plantea cuestiones intemporales acerca de la vida, la soledad, la autosuficiencia y la muerte. Una lectura memorable,pero a veces un poco dificil de asimilar


Quien no ha tenido mas de una vez la sensacion de dar por terminada una etapa, la sensacion de decir hasta aqui llegue quiero y necesito otra cosa..., me quiero subir a un tren..., me quiero ir a vivir una fantasia....Uno de los sentimientos mas fuertes y negativos a superar es el del aburrimiento, el hombre debe luchar cada dia para superar ese estado..., debe soñar y alimentar la fantasia para mantenerse vivo.

28/9/08

La Isla


Este libro cayo en mis manos por casualidad,un dia de tantos que pase por la libreria a comprar libros ,vi este pero paso desapercibido,no le di mayor importancia hasta que al ir a pagar el librero me lo recomendo y naturalmente me lo lleve.


Stuparich es un escritor italiano que sobrevivió a la barbarie nazi. Escribió este pequeño relato tres años después de ser internado en el campo de concentración de San Sabba.


La isla narra la historia del encuentro entre un padre y un hijo. El padre se va a morir y quiere reencontrarse con sus origenes, la isla, y recuperar la relación rota con su hijo. Cuando su hijo recobra el amor por su padre, este está ya en sus últimos dias. Se trata de un texto corto, sencillo y lineal, pero mágico.

Como en cuadros que se suceden con libertad y soltura, el relato nos va presentando los cuidados, los temores, las esperanzas, y asimismo las pesadillas que recorrerlos pensamientos del hijo y del padre. Con una lengua clara el relato se adentra en reflexiones en torno a los grandes temas existenciales: las distintas edades, la vejez, la vida como lucha física, la enfermedad, la fatalidad de la muerte, el mal espiritual que acompaña .incluso a los sanos que conviven con los enfermos- a la condición del sufrimiento , el miedo, la resignación, el sentimiento de la de la muerte (incluida la propia) del que está cerca de una persona querida que se aproxima a su fin".
Un fragmento del libro:
Las dos habitaciones estaban una frente a otra, separadas por un estrecho pasillo. Las ventanas de ambas daban al puerto, por encima de una plazoleta triangular… […] Se asomó a la ventana. En la ventana de al lado estaba asomado su padre; de la camiseta le salían los hombros puntiagudos, los brazos flacos; cuánto había decaído aquel tórax vigoroso. -¿Cómo te encuentras? -Bien, me encuentro realmente bien. Pero temo que tú, en cambio, estés a disgusto… -Hace calor; me acostumbraré. -Mañana levántate cuando te apetezca, vete por tu cuenta. Te he traído a la isla, te he encerrado entre estos peñascos; pero aquí eres libre de hacer lo que te plazca, basta con que yo te sepa cerca. Nos vemos a la hora de comer. No te preocupes por mí. Tampoco el padre, en la otra habitación, dormía. Las noches se le hacían pesadas; a menudo se levantaba de la cama y se ponía a caminar por la habitación; al estar tumbado tenía la impresión de un peso que lo aplastaba. Incluso ahora en la isla, aun habiendo estado bien durante todo el día, una vez llegada la noche, volvía a sentir en el pecho el mismo sordo tormento: como un espantoso cangrejo que le hincara sus pinzas en los tejidos y, nutriéndose de sus fibras, aumentase de peso y lo ahogara. Pero tenía el ánimo más tranquilo y la mente más serena…

Una pequeña joya literaria cargada de detalles que perdurara en nuestras mentes ,una lectura breve, que invita a la reflexión, con una gran carga poética. Un Elogio del momento y una meditacion sobre la muerte ;en definitiva un festin de emociones contenidas que estremece al lector sensible.

22/9/08

Carta de Gustave Flauabert


Carta de Gustave Flaubert a Louise Colet Agosto 15 de 1846


Te cubriré con amor la próxima vez que te vea, con caricias, con éxtasis. Deseo atiborrarte con todas las alegrías de la carne, de modo que te desmayes y mueras. Quiero que seas sorprendida por mí, y para que te confieses a ti misma que nunca siquiera habías soñado con tales transportes... Cuando seas vieja, quisiera recordaras estas pocas horas, yo quisiera que tus huesos secos temblaran con alegría cuando pienses en ellas.

15/9/08

Una vida entre libros



Ahun tengo en mente la idea de pintar
algun dia una libreria al anochecer
con la fachada amarilla y rosa.....
como una luz en medio de la oscuridad
Vincent Van Gogh


Hace semanas que que compre este libro me atrajo la portada ,el titulo y una reseña de uno de mis pintores favoritos que encontre en la primera pagina del libro.

Hoy buscando en el estante de mis libros pendiemtes de leer cerre los ojos y cogi uno al azar, de entre tantos salio este; al principio cuando lo tenia entre mis manos pense que igual seria muy pesado de leer o muy cientifico,pero ya que lo tenia entre mis mamos comence la lectura. Y debo reconocer que me encanto Un libro sencillo y ameno de leer un viaje literario por el mundo de los libros,donde un libro te lleva o otros libros y librerias .

Es un libro para leer en una tarde lluviosa recostada en el sofa de casa y con un buen te en la mesa, un libro para disfrutar y releer mas de una vez.


Del señor Lewis Buzbee, profesor universitario, ex librero, ex comercial y voraz lector, se acaba de publicar un delicioso librito "Una vida entre libros" (Tempus Editorial) donde rememora su pasión por el libro en todos sus aspectos:

"... desde el placer de recorrer las librerías sin prisa, atentos a los cientos de promesas que esconden en cada uno de sus estantes y expositores, pasando por elgusto de abrir un ejemplar nuevo y sentir sus páginas olorosas y crujiente, a la felicidad de pasar una tarde en una butaca dejándonos llevar por la magia de las palabras".
Un paseo por la historia de las librerías desde los primeros tenderetes en plazas y mercados hasta las librerías electrónicas y grandes cadenas, aunque con lo que he disfrutado de verdad ha sido con los capítulos dedicados a su trabajo en diferentes librerías.

Ha un parrofo del libro que me encanta y me hace recordar.

Un martes lluvioso y oscuro de noviembre a media tarde,el momento ideal para estar en una libreria:La luz declinante de la tarde y el sosiego y el silencio de la hora hacen que todo parezca mas cercano: los anaqueles, los libros y los pocos clientes que se rozan con la cabeza gacha por los estrechos pasillos.

Hay un dependiente en el mostrador que contempla la calle a traves del escaparate,tomandose un respiro antes de la avalacha de ultima hora.Yo he venido a buscar un libro.

8/9/08

Carta a Arthur Schopenhauer de su madre Johanna


Weimar, 17 de mayo de 1814
La puerta que con tanto estrépito cerraste ayer tras comportarte tan indignamente con tu madre se ha sellado para siempre entre tú y yo. Estoy cansada de soportar tus malas maneras, me voy al campo y no regresaré hasta saber que te has marchado; se lo debo a mi salud, pues una segunda escena como la de ayer podría provocarme un ataque de apoplejía que quizá resultaría mortal. Tú no sabes nada del corazón de una madre: cuanto más amó, más dolorosamente siente cada golpe que le infiere la mano antes amada. No es Müller, esto te lo juro ante Dios en quien creo, quien te separa de mí, sino tú mismo, tu desconfianza, la censura que ejerces sobre mi vida y sobre la elección de mis amigos, tu desdeñoso comportamiento para conmigo, el desprecio que muestras hacia mi sexo, tu negativa manifiesta a contribuir a mi felicidad, tu codicia, tu mal humor al que das libre curso en mi presencia sin la menor consideración hacía mí (...)
Y eso es lo que nos separa, si bien no para siempre, sí hasta que retornes a mí en calma y buena disposición. En ese caso estaría dispuesta a acogerte con benevolencia. ¿Qué diría tu padre si viviera, él que pocas horas antes de morir te encomendó que me honrases y que no me dieses nunca disgustos? Si yo hubiese muerto y tuvieras que vértelas con tu padre, ¿te atreverías a sermonearle? ¿Tratarías de determinar su vida y sus amistades? ¿Acaso soy yo menos que él? (...)
Deja aquí tu dirección pero no me escribas, a partir de ahora ni leeré ni contestaré a ninguna de tus cartas; llegados a este punto se separan nuestros caminos, escribo esto con profundo dolor pero no queda otro remedio si es que quiero vivir y proteger mi salud.

El carácter extravertido y jovial de Johanna contrastaba con la hosquedad y misantropía de su hijo. De ahí que la relación entre ambos fuera bastante conflictiva.

1/9/08

La casa de papel


Pueden los libros cambiar las vidas de las personas?....


Carlos María Domínguez es argentino aunque reside en Montevideo desde hace quince años. Escritor, crítico literario y periodista, está convencido de que los libros cambian las vidas de las personas y así lo demuestra con este relato corto, La casa de papel.

Un extraño libro, La línea de sombra, llega a las manos de un profesor que sustituye a una colega, Bluma Lennon, en el Departamento de Lenguas Hispánicas de la Universidad de Cambridge, que ha fallecido tras ser atropellada por un automóvil cuando cruzaba la calle, embelesada con un poema de Emily Dickinson. A partir de ahí comienza un canto poético no exento de ironía a la literatura, a los libros, a esas historias universales que han cambiado tantas vidas y, en algún momento, dieron un giro a nuestra forma de pensar.


"Decía mi abuela que los libros son peligrosos", señala el narrador de esta historia, el profesor argentino que se hace cargo del libro dirigido a Bluma, quien preparaba una tesis sobre Conrad. En él descubre una dedicatoria escrita por la propia Bluma: "Para Carlos, esta novela que me acompañó de aeropuerto en aeropuerto, en recuerdo de los locos días de Monterrey. Lamento ser un poco bruja y haberlo advertido enseguida: nunca harías nada capaz de sorprenderme. 8 de julio de 1996". Desde el momento en que lee la dedicatoria, el narrador/profesor entrará en la intimidad de Bluma y querrá descubrir el secreto que comparte con Carlos.
Pero no le será fácil encontrar a Carlos, un bibliófilo uruguayo cuya única pasión en la vida son los libros. Pasión, del latín passio-onis, es decir, padecer, sentimiento, estado de ánimo o inclinación muy violentos que perturban el ánimo, como el amor vehemente, el odio, la ira, los celos o un vicio. "El tamaño de la biblioteca importa", "una biblioteca es una puerta en el tiempo", "los libros cambian el destino de las personas", son sentencias que se deslizan entremedias de esta minihistoria potente, poderosa, poética, con misterio, intriga, amor y muerte. "Y qué quiere el deseo?. Hallar su límite", manifiesta un amigo del bibliófilo apasionado, del lector compulsivo.


Me lo lei en una tarde en la consulta del medico y mientras esperaba que cesara el chaparron para salir a la calle.

Recomendado para todos los que aman los lisbros y les gusta leer.Es un canto a la vida de los libros.

18/8/08

Carta de Oscar Wide a Lord Alfred Douglas



Querido muchacho mío:

Tu soneto es completamente adorable y es una maravilla que esos labios de pétalo de rosa roja que tienes hayan sido creados no tanto para el canto musical como para la locura de besarse. Tu dorada y delgada alma deambula entre la pasión y la poesía. Yo se que Hyacinthus, a quien Apolo amó tan locamente, has sido tú en aquellos griegos días. Por qué estás solo en Londres, y cuándo vas a Salisbury? Vé allí y refresca tus manos en la grisácea luz de las cosas góticas, y ven aqui cuando así lo quieras. Este es un lugar adorable; sólo faltas tú, pero vé a Salisbury primero. Con imperecedero amor, siempre tuyo



Oscar

12/8/08

Sauce ciego Mujer dormida

Sauce ciego, mujer dormida,es una novela del autor japonés Haruki Murakami, compuesta por veinticuatro relatos independientes que el escritor ha reunido bajo el nombre de su relato "Sauce ciego, mujer dormida" .
Los relatos están inspirados en objetos o situaciones insignificantes, cotidianas, a los que se cambia completamente el contexto para desarrollar todo un escenario nuevo para los mismos. Mezclando realidad y ficción en una maravillosa muestra del talento del autor.


Estos cuentos son como una caja de gallatas cuando la abres nunca sabes que te vas a encontrar;entonces aparecen temas como el amor, la soledad,la amistad,el miedo, la muerte. El ser humano con sus limitaciones,lo cotidiano y lo real:lo extraño y lo irreal se mezclan en cada uno de estos cuentos.
El autor nos deleita con textos que nos trasmiten un cúmulo de sensaciones y emociones.

10/8/08

84, Charing Cross Road

Para empezar os hablare de un libro que me encantó. No podía dejar de leerlo. Es un libro dulce, intimista,divertido, entrañable. Un libro diferente y auténtico,para volver a leerlo.

Un día, en octure de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marcks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos.
Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías.84, Charing Cross Road pasó casi inadvertido en el momento de su publicación, pero desde la década de los setenta se ha convertido en un verdadero libro de culto a ambos lados del Atlántico.
La autora de esta historia, Helene Hanff, malvivió como correctora de guiones soportando el fracaso comercial de sus novelas y obras de teatro. En 1970 publica, bajo el título 84 Charing Cross Road, la correspondencia de varias décadas entre ella y su librero británico. Aunque las ventas fueran modestas en un principio, el boca a boca funcionó y creó lentamente una gran multitud de admiradores, porque el libro realmente llegaba al alma de los lectores. Gracias a esto, Helene fue capaz de viajar por fin a Inglaterra y conocer a todas las personas con las que había establecido una relación al otro lado del Atlántico. Mientras tanto 84 Charing Cross Road se convirtió en un gran éxito teatral en el West End de Londres y en una película encantadora protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins que en España se estrenó con el título Nunca te vi, siempre te amé. La escritora murió en 1997, a los 80 años.
Aqui os dejo unos parrafos del libro:
"Parece tam nuevo y tan flamante como si nadie lo hubiera hojeado,pero alguien lo ha leido:se abre espontaneamente por sus pasajes mas bellos,y el fantasma de su anterior propietario me señala parrafos que jamas he leido antes"